¿Cuál es la verdadera fe?, esta pregunta ya se la hizo la
samaritana a Jesús (con otras palabras) y obtuvo una respuesta muy concreta que
al correr de los años parece haber quedado diluida y sin importancia a pesar de
su trascendencia, “en espíritu y en verdad”; nada más y nada menos, en un
plumazo, Jesús desmorona cualquier
argumento que pueda separar las diferentes doctrinas con las que los hombres
conectamos con nuestra parte espiritual, al menos las doctrinas que reconocen a
Jesús como alguien realmente iluminado. A mi entender existe
un fenómeno espiritual que se revela constantemente a los hombres, estos, según
su cultura y experiencia intentan explicarlo a sus semejantes; cosa imposible
ya que no corresponde a los sentidos que conocemos si no que se descubre por un
sentido nuevo llamado "fe", es decir es como que un ciego de
nacimiento intente explicar el color rojo a otros ciegos, lo hará mediante
símbolos, como el calor o sabor ácido, o quizá el sonido de las llamas; es
decir sus explicaciones no tendrán nada que ver con el fenómeno en sí, sino más
bien con la sensación que este ha provocado en el individuo, existiendo tantas
explicaciones como testigos del fenómeno, todas ellas correctas y precisas
desde la perspectiva de cada cual, pero totalmente diferentes al estar
influenciadas por la propia cultura y experiencias previas del
interlocutor.
De este fenómeno nacen todas las religiones, no en vano Jesús
habla de otros rebaños; en mi caso personal, la que más se aproxima a la
cultura a la que pertenezco es la católica y por ello me es más fácil de
comprender y entender sus símbolos y alegorías. Pretender
comprender el fenómeno espiritual desde otra cultura, hinduismo, budismo, etc.
es intentar que te lo explique un ruso sin saber tu ruso y el español, no es
imposible y a muchos les valdrá, pero es dar un rodeo; Eso para nada quiere eso
decir que esté sujeto a las más o menos permisivas normas de la Iglesia
Católica, que de todas formas procuro respetar, si no que es un punto de
partida desde donde empezar mi camino, un trampolín, una guía de viaje que me
ayuda, pero que, para nada discrimina los otros sistemas, todo lo contrario, me
encanta escuchar las experiencias e interpretaciones de otros viajeros, siempre
y cuando partan del respeto a mis propias ideas, que pueden servirles o no,
pero a mí, por el momento me son muy útiles.
![](https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg2sFNhDuX4LiQaQTcEvNZVhSMtvI_gioRSzhu7giuTfz48Q8YGsR7GbvbZ2L1CJMjxGFCYmMkN907TrACrHsNV1t_fI8s5ZAstaTIf0J9Y3ueUAdRa8CbkA_PIUjhPN5gLQ3RV9tupdOcq/s1600/MEZQUITA.jpg)
Sí os puedo decir que, al menos desde mi sendero, el viaje
es apasionante, vaya a donde vaya, pero ver cómo se desarrollan los
acontecimientos de la vida a mi alrededor y como van encajando las piezas unas
con otras, dándole sentido a la experiencia de vivir es una experiencia que me
tiene impresionado y boquiabierto ante la magnificencia de la creación y la
generosidad de su creador.
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