Creo que llegó el momento de profundizar nuevamente en un concepto esbozado con anterioridad.
Los acontecimientos y hechos de la realidad son alegorías, símbolos que provocan reacciones en nuestro espíritu. Por ejemplo:
Todo el ritual de la relajación, la música, la postura, la respiración; sirve para impresionar a nuestro espíritu, para hacerlo salir de su letargo y que tome el control de nuestra conciencia, el método que usemos es poco importante si es capaz de disminuir la intensidad de ese deslumbrante sueño que llamamos realidad para permitir percibir lo que se oculta tras ella. De alguna forma nuestro espíritu se comunica con nuestra mente, a veces de formas tan evidentes como las emociones, otras utiliza medios menos sutiles como pesadillas o la enfermedad.
La medicina, como rama científica que es, busca la causa de las dolencias por medio de la investigación.
1º - Tenemos fiebre y malestar por estar afectados por un virus de la gripe.
2º- Nos contagiamos con el virus de la gripe por que había una epidemia.
2º- La epidemia nos afecto a nosotros y a otros no por que teníamos debilitado el sistema inmunológico.
3º- El sistema inmunológico estaba debilitado por sufrir un elevado índice de stress.
Hasta ahora, aquí llega la medicina convencional y como consecuencia nos atiborra a medicinas. Sigamos un poco mas adelante.
4º- El stress esta producido por que no nos sentimos en paz, nuestro espíritu está desequilibrado.
Naturalmente curaremos nuestra gripe con medicamentos y el médico nos convencerá de ello lo suficiente como para que así sea. Pero, de no cambiar nuestro estado de ánimo, al tiempo tendremos otra gripe quizá más fuerte que también curará la medicina y mas adelante una enfermedad crónica, asma, migraña, diabetes o hipertensión, dolencias para las que la medicina también tiene respuesta y más adelante cáncer, problemas coronarios, insuficiencia renal, etc. Y si seguimos sin atender nuestro espíritu, la muerte. Las medicinas de por sí, son símbolos y tiene el valor que nosotros les concedamos, por ello el “efecto placebo” es fundamental en cualquier tratamiento.
Siempre me llamó la atención de por qué había personas muy ancianas que fumaban, bebían, trabajaban como burros y sin embargo, otros que se cuidaban morían de jóvenes, la respuesta es que son felices, en su mayoría los “longevos” son felices, se sienten bien en este mundo y disfrutan de la experiencia de la vida, por ello no desean irse. Curiosamente, cada enfermedad corresponde a un deficiencia anímica concreta.
Para ampliar esta información te adjunto el enlace a un libro muy curioso “La enfermedad como camino”.
Consiga la paz en su espíritu y curará todas sus dolencias, ¿como hacerlo?, atrévase a cambiar, el control remoto está en su mano, lo quiera reconocer o no, su espíritu le guiará en la oscuridad, pero debe aprender a escucharlo.
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