Antes de entrar en cábalas muy espirituales quizá convenga aclarar que es la espiritualidad o menos complicado que es la realidad con la que la mayoría sostenemos nuestras conclusiones racionalistas. Una advertencia, no soy ningún erudito ni científico, tan solo intento comprender la información que llega a mi perspectiva totalmente parcial de simple mortal y compartirla con el ánimo de contrastarla y completarla con aportaciones de aquellos que también buscan su propia Piedra Filosofal.
Vayamos haciendo ciertos apuntes. Entendemos como realidad aquello que percibimos por nuestros sentido, vista, tacto, oído, olfato y gusto. Si nos centramos en el más perfecto de nuestros sentidos, sobre el que basamos gran parte de nuestra percepción, la vista (las mismas conclusiones las sacaríamos con los otros cuatro). La mayoría de las personas percibimos por la vista aquellos impulsos lumínicos de una intensidad determinada que se encuentran en el espectro desde los infrarrojos hasta los ultravioletas, es decir mas allá de ambos extremos somos incapaces de percibir nada, hubiera un objeto de color fuera de nuestro espectro y no lo veríamos aunque lo tuviéramos frente a la nariz. Pero vamos a ver que ocurre con las cosas que si ven nuestros ojos, una vez impresionadas las terminaciones nerviosas de nuestra retina (como si se digitalizara), se producen unos impulsos nerviosos que van a una parte de nuestro cerebro que procesa esa información y que junto con los datos que llegan de otros sentidos y mucho de nuestra propia memoria, genera una imagen lógica que nosotros asimilamos como real. ¿Y quien dice que es real?, existen experiencias sobre el cerebro de las que se deduce que no diferenciamos entre lo que vemos y lo que recordamos por que en ambos casos se activan las mismas neuronas, existen muchas “enfermedades” psiquiátricas en que los enfermos perciben una realidad totalmente diferente a la común, La drogas alucinógenas alteran y nos hacen creíbles experiencias de lo mas increíble, perturbaciones en la vista que alteran la sensibilidad a los colores, daltonismo, etc.etc. Saquemos pues la primera conclusión; nuestra limitada percepción de la realidad está influenciada y mucho por diferentes aspectos, entre otros los recuerdos y alteraciones psíquicas. Es decir, somos un cajón con cinco agujeros, los sentidos, que nos filtran la información del exterior y sobre ella vamos poniendo de nuestra propia cosecha hasta hacernos una idea consistente para nosotros de lo que hay fuera. ¿Y, que hay fuera entonces?.
Para esto nos iremos más allá de la física convencional. Si partimos de lo mas diminuto, el átomo y lo observamos detenidamente, veremos que si uno de los electrones que lo circunda fuera del tamaño de una pelota de tenis (por acercarlo a una escala visible), está alejado varios quilómetros de su núcleo, ¿y entre ambos que hay?. NADA. Pero sigamos adentrándonos en la realidad subatómica, dividamos las partículas y miremos en su interior, ¿Qué hay?, algo de energía y NADA, ¿y la energía que es?. La manifestación de un desequilibrio que intenta compensarse es decir… NADA. Ahora vamos a cambiar nuestro microscopio súper electrónico por un telescopio, ¿Qué hay entre los planetas?, ¿y entre los sistemas de estrellas?, ¿y entre las galaxias? Y ¿mas allá?, unas cuantas moléculas, sobre todo de hidrógeno y gran cantidad de NADA.
¡Bueno amigo, como que ya no sé que sé!. Para explicar lo que creo, utilizaré un poquito de física cuántica interpretada a mi manera.
Imaginémonos el universo como un gran depósito de nada, un depósito ilimitado de nada, la nada es como un equilibrio perfecto, un espacio de posibilidades dispuesto a desequilibrarse y reaccionar ante cualquier impulso por tenue que sea, por ejemplo….. “la voluntad”.
1:1 En el principio creó Dios los cielos y la tierra.
1:2 Y la tierra estaba desordenada y vacía, y las tinieblas estaban sobre la faz del abismo, y el Espíritu de Dios se movía sobre la faz de las aguas.
1:3 Y dijo Dios: Sea la luz; y fue la luz…….
1:2 Y la tierra estaba desordenada y vacía, y las tinieblas estaban sobre la faz del abismo, y el Espíritu de Dios se movía sobre la faz de las aguas.
1:3 Y dijo Dios: Sea la luz; y fue la luz…….
Y no solo Dios, nosotros a nuestro modo, para bien o para mal, seguimos creando en nuestra realidad por medio de nuestra voluntad.
¿y que es la voluntad?, pensar + querer + creer.
Esto a lo que llamamos realidad no es más que una ficción que nosotros mismos vamos creando dentro de otra mayor generada por “El creador”, ¡así va todo como va!.
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